lunes, 31 de enero de 2011

Leyendas de Cariamanga

Aparición de la Virgen del Carmen en el Barrio Ahuaca del Carmen de la Ciudad de Cariamanga.

Un estudiante de nombre José Miguel Maldonado, que sería canónigo de la catedral de Loja, descubría al pie del cerro Ahuaca, siguiendo el camino viejo, en una piedra triangular, cuya base era de 3 metros por 1,50 de alto, pintada a la Virgen, teniendo en sus brazos al Niño Dios, quien a su vez sostenía en sus divinas manos un escapulario
La mirada de los dos expresaba inefable ternura. Era la gloriosa Virgen del Carmen.
Esta piedra fue el origen de la devoción dejándole flores y arrodillándose de ella. Esto sería por el año de 1870. Se dice que este sacerdote dio orden de avivar los colores de la imagen de la Virgen, y desde ese entonces se Venera a la Virgen María en su advocación de Virgen del Carmen.


Los Novios Desaparecidos…

En una más de las leyendas de la Ciudad de Cariamanga, se dice de una pareja que fue absorbida por la laguna, que se encuentra en el Barrio Av. Loja Cerca a la Gasolinera.
Se cuenta que una pareja de novios salió a caminar por aquél lugar, el cual era una especie de lavandería ya que muchas mujeres se reunían en aquel sitio para lavar su ropa, cerca a esta laguna también había un camino que daba a la ciudad de Cariamanga y los barrios vecinos. Entonces la pareja ya un poco cansada de su caminar decide descansar un momento en el lugar y dado a hacía mucho calor deciden nadar en la laguna, para sorpresa de aquellos ese día no había nadie más que ellos, entonces cuentan que los chicos estaban nadando y de repente se perdieron en el agua.
Para todo el pueblo fue una gran confusión por la desaparición de la pareja ya que nunca más los volvieron a ver, quedando la duda de que fueron absorbidos por la laguna o que el cerro Ahuaca los absorbió ya que se dice que el cerro está encantado.

domingo, 30 de enero de 2011

Nuestra Señora del Cisne Patrona de Ecuador


Para redactar esta reseña de la Virgen del Cisne, nos hemos basado en el libro “Crónicas y documentos al margen de la historia de Loja y su provincia” del Dr. Pío Jaramillo Alvarado, gentilmente cedido por las Siervas de María (Martínez, Pcia. de Buenos Aires), instituto religioso fundado en 1851, en Madrid, por Santa María Soledad y el P. Miguel Martínez y Sanz, con la finalidad de dar asistencia a los enfermos en su domicilio

La devoción a la Virgen del Cisne, en Ecuador, se remonta a más de 400 años cuando un grupo de indios de El Cisne, palabra que, según refiere el Dr. Pío Jaramillo Alvarado en su historia de Loja, deriva del vocablo quechua "cuizne" (lugar), viajó hasta Quito para solicitar al célebre artista Diego de Robles una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe similar a la que se veneraba en la iglesia quiteña de Guápulo.

Aparición milagrosa
En 1596 se desató una terrible tempestad que arrasó las tierras de Loja y Zaruma. A causa de la hambruna, Diego de Zorrilla, oidor de la Real Audiencia de Quito, dispuso que los habitantes de El Cisne se retirasen tierra adentro, hacia el cercano pueblo de San Pedro de Chuquiribamba, en busca de protección. Fue entonces que la Virgen Santísima se apareció a los indios para pedirles que permaneciesen en el lugar y levantasen allí una iglesia en su honor.
Viajaron los indios a Quito para encargar la imagen, según se ha dicho, y a su regreso levantaron el templo al que los pobladores pusieron bajo la advocación de Nuestra Señora del Cisne. La talla que se les hizo no fue la pedida sino una réplica igual a la que los españoles veneraban en Cáceres, Extremadura, que mucho agradó a los pobladores. La imagen es morena, con el pelo rizado, pequeñita de estatura, vestida en colores muy vivos y muy milagrera.
A partir de ese momento comenzaron a recibirse gracias y favores marianos, especialmente la tan necesaria lluvia en tiempos de cosecha.
La leyenda
Cuenta la leyenda que salía todos los días a conducir sus rebaños una doncella indígena, inocente y humilde, a quien con frecuencia se le aparecía una hermosa pastorcilla coronada de rosas y aspecto resplandeciente. La pastorcilla, siempre luciendo sencilla indumentaria, no era otra que la Virgen Santísima, que acompañaba a la niña por los campos mientras cuidaba el ganado que pacía y la ayudaba a hilar cuando en horas del medio día la indiecita, fatigada, se tendía a dormir confiadamente bajo la sombra de un árbol.
Otros milagros
En momentos en que los habitantes de El Cisne se trasladaban a San Pedro de Chiuquiribamba se desató otra terrible tempestad. Tanto asustó a los naturales que le pidieron a aquellos que regresaran a su tierra y se llevaran la santa imagen. Así lo hicieron y casi al instante la tormenta se aplacó, por lo que muchos habitantes de la región se declararon esclavos de María Santísima bajo esa advocación.
En otra oportunidad, un peruano, curado milagrosamente de una grave dolencia por la Virgen del Cisne, prometió trasladarse a su santuario para dar gracias. Al llegar a El Cisne y mientras subía la pronunciada cuesta de la Alhaja, comenzó a fatigarse y a sentir una profunda sed. Le faltaron las fuerzas y cayó desmayado y en tan angustiante situación pronunció, con un hilo de voz, la siguiente oración: "Madre mía del Cisne ¿cómo consientes que muera antes de llegar a tu santuario a donde voy a darte gracias por los grandes beneficios que me has otorgado? Dadme agua para salvar mi vida". Acto seguido alzó la cabeza y vio cerca, en el suelo, una ligera mancha de humedad de la que brotó un hilo de agua que empezó a correr hacia él. Con ella aplacó la sed y recuperó las fuerzas siguiendo su peregrinar hasta el santuario, donde cayó de rodillas a los pies de la sagrada imagen, emocionado y agradecido.
El santuario de la Virgen
A 70 kms. de Loja, se levanta la basílica gótica de la Virgen del Cisne, concurrido centro de peregrinaciones en la cumbre de una montaña. La edificación, iniciada por el P. Ricardo Fernández, fue continuada por los padres oblatos, quienes la tienen a su cargo hasta el día de hoy. El altar mayor, labrado totalmente en oro, es una pieza de inestimable valor artístico y en su parte superior posee el camarín donde la Virgen reposa la mayor parte del año.
La devoción por Nuestra Señora del Cisne -cuyo principal día de veneración es históricamente el 15 de agosto -se extendió por todo el continente, alcanzando incluso puntos tan distantes como Madrid y numerosas ciudades de Norteamérica.

Fuente
"Crónicas y documentos al margen de la historia de Loja y su provincia ", Pío Jaramillo Alvarado, Ed. Cultura Ecuatoriana, 1974.